Los cuentos de Aldo Mariátegui

Publicado: 2014-07-25


Para nadie es ya una novedad que el diario bandera del Grupo El Comercio y decano del periodismo peruano; hace méritos desde hace tiempo, para convertirse en algo más que un simple pasquín repetidor de ideas ilusorias y falsas, de un Perú maravilloso que solo existe en la imaginación de la mayoría de sus columnistas.

“Todo está bien con el modelo económico”, “El Perú progresa” y “Crecimiento económico” son las consignas repetidas hasta el cansancio en sus páginas. Pero las supuestas bondades no podían venir sin el respectivo e insistente recordatorio de “cucos” que indefectiblemente nos llevarían al abismo más horrendo. Palabras y calificativos como “estatismo”, “enemigos del progreso” “populismo” “radicales” o “terroristas” entre otras advertencias; son las frases preferidas, que rozan el cliché y que quieren que creamos cuan dogma de fe, que son demonios que a toda costa se deben exorcizar.

Y es que de manera recurrente, cuando desde la derecha más rancia de este país, hasta aquella que dice ser de un centro inexistente, pasando por la que se pinta de liberal solo de palabra, pero no de hecho; usan esas frases contra de todo adversario cada vez que se quedan sin argumentos. Lo que se busca sobre todo es, evitar los debates de fondo y que la gente reflexione, para en su lugar repetir incansablemente; conceptos vacíos de contenidos.

Uno de esos repetidores de mentiras es Aldo Mariátegui que escribe ahora en El Comercio y que no duda en despotricar contra todo lo que huela a cambio y progresismo. Lo único que nos faltaba es un tipo como Aldo para terminar de convertir en un absoluto chiquero el diario más antiguo del Perú. Como ya conocemos a este tipo, y fiel a su estilo; propio de aquella derecha de este país de tufillo autoritario, que está acostumbrada a gritar y mandar, y que no duda en insultar a quien se interponga en su camino para así buscar responsables de lo que ya hace tiempo estaba cantado: La desaceleración económica. Para eso no escatima en calumniar y decir mentiras.

En un artículo llamado “El Discurso de su vida”, recuerda a los peruanos de manera amenazante quienes son los “culpables” del llamado “frenazo económico” y no duda en atacar a los activistas ambientalistas, los defensores de las lagunas en Cajamarca y a compañeros militantes de Tierra y Libertad a los que él llama la “maldita izquierda criolla como los otros coculpables de este frenazo económico”. Es obvio. El señor quiere sangre y castigo para esos.

En nuestro sufrido Perú que solo se dedica a exportar piedras, materias primas e insumos básicos es más que risible hablar de crecimiento económico cuando no se tiene una mínima industria nacional que nos permita exportar productos elaborados y fabricados por nosotros es decir: de fabricación nacional.

Pero la clase empresarial y las altas elites no dudan en pretender hacernos creer ese cuento con sabor a “Marca Perú”, que no es otra cosa que grandes ganancias para ellos, y pocas oportunidades para sectores muy reducidos, todo a costa de destruir el medio ambiente y acompañado de un gran impacto social.

Por lo tanto pretender decir que los culpables de la desaceleración económica (Puntitos más, puntitos menos en lenguaje macro económico) son los que se oponen a la depredación, sin ninguna fiscalización ni estatal, ni social de los recursos naturales es otra de las grandes mentiras acostumbrados a contarnos Aldo Mariátegui y el combo de narradores de cuentos de la gran prensa que además, no resistirían al más mínimo de los análisis.

Al contrario: gracias a muchos de aquellos que se fajaron en la lucha contra el proyecto Conga por ejemplo, es que aún hay dignidad en nuestro pueblo y son la muestra de aquellos ciudadanas y ciudadanos, que no están dispuestos a venderse por promesas falsas y efímeras de progreso, pero que además creen que otros tipos de economías pueden ser posibles.

A mí me da igual la condición moral e individual de este tipo como la de aquellos que lo acompañan en la comparsa de la mentira mediática y articulada desde la gran prensa; pero es que no deja de ser un insulto para los pocos periodistas honestos de este país que aún creen que ante todo hay que decir la verdad. Y es que los hay. Vamos; a pesar de los pesares.


Escrito por

Jose Luis Matta

Periodista y comunicador social. Músico y militante, que cree en que un país mejor es posible. @joselamd


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