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Foto: Miguel Igme

¿Qué está pasando en Islay?

Para entender de que trata el conflicto con el proyecto Tía María

Publicado: 2015-03-26

Islay es una provincia en Arequipa con más de 52 mil habitantes, cuya capital es el puerto de Mollendo, y que se ha caracterizado por ser un lugar de clima templado desértico que cuenta con una cuenca hídrica: La del río Tambo. Gracias a la afluencia del río, es que existe el Valle de Tambo; rico en productos agrícolas donde se concentran cultivos como el arroz, la papa, el camote, la cebolla, el ajo, el maíz amarillo, olivo y la caña de azúcar. A esto le sumamos la producción pecuaria bovina gracias a las áreas idóneas para el pastoreo de ganado.

De la producción de este valle, viven los habitantes de los distritos de Cocachacra, Dean Valdivia, Punta de Borbon, Mejía y la ciudad y el puerto de Mollendo no solo para el auto sostenimiento, sino para la gran producción, alimentando a toda la región Arequipa, y generando al mismo tiempo trabajo y bienestar que merecería ser apoyado y promocionado por el Estado.

Sin embargo, el hermoso Valle de Tambo, como muchas áreas concesionadas a grandes empresas extractivas en el Perú sin consulta alguna, se ve amenazado por un proyecto minero de la transnacional Southern Perú Copper Corporation: El proyecto cuprífero Tía María.

6 años de resistencia

Todo empezó en el año 2009 cuando el entonces segundo gobierno de Alan García, la empresa Southern anunciaba la inversión de más de 900 millones de dólares en el proyecto de extracción de cobre, lo cual les permitiría extraer aproximadamente 638 millones de toneladas de mineral.

El plan de extracción del metal consistiría en usar las aguas subterráneas lo cual hubiera significado el desvío y muerte de las mismas, que son las principales corrientes que alimentan el río Tambo y que además permite regar miles de hectáreas de cultivo del valle. Ahí la fuente de riqueza de un valle que florece gracias a un río y sus aguas subterráneas.

Los agricultores del Valle de Tambo comprendieron, y más aún después de leer un dudoso Estudio de Impacto Ambiental (EIA) presentado por la misma empresa, que una acción extractiva de esa naturaleza significaría la muerte del valle y por lo tanto de la agricultura en la zona, perdiéndose así la principal despensa alimentaria de Arequipa y del sur del país.

A pesar de las protestas, el gobierno aprista se negó a escuchar. Es así que frente a un EIA impuesto y polémico, y sin ninguna aprobación de las organizaciones sociales; es que los habitantes de los distritos de Cocachacra, Punta de Bombón y Deán Valdivia convocan a una consulta ciudadana el 29 de octubre del 2009 cuyos resultados fueron que el 90% de la ciudadanía rechazaba el cuestionado proyecto minero, afirmando con esto que Tía María carece de la “Licencia Social” necesaria que debe tener del pueblo de Islay para poder implementar su tan ansiado proyecto.

La respuesta autoritaria del gobierno

Las inquietudes y preocupaciones del pueblo de Islay fueron ignoradas totalmente por el gobierno, y mucho más la realización de la consulta ciudadana. El gobierno argumentaba que dicha consulta carecía de valor alguno, por no ser vinculante. Es decir para ellos valía nada. Esto provocó que las organizaciones sociales de defensa ambiental, tomaran medidas de fuerza para hacerse escuchar lo cual desembocaría en el paro indefinido de abril del 2011.

El paro llevaba más de 15 días y no había ninguna voluntad de diálogo del gobierno de García. En la mañana del 6 de abril del 2011, en circunstancias en que la policía desaloja de manera violenta un bloqueo de la carretera Mollendo-Matarani, se producen fuertes enfrentamientos entre los manifestantes y las fuerzas del orden.

La fuerte represión provocó que los manifestantes se replegaran hacia Mollendo. Sin embargo la policía en vez de usar solamente armas de disuasión no letales, abrió fuego real contra los manifestantes; hiriendo mortalmente a varios civiles que eran agricultores de la zona. Esto generó la reacción airada de los manifestantes que armados de palos y piedras arreciaron su resistencia contra las balas de la policía, en las calles de Cocachacra y Mollendo.

¿El saldo de la violenta jornada?: Tres civiles muertos por heridas de bala, y más de 30 heridos, tres de ellos por impacto de bala. El hospital de Mollendo colapsó al verse desbordado de tantas emergencias. Su personal médico no se daba abasto.

Los muertos fueron el campesino Aurelio Huarcapoma (50), Néstor Segundo Patana (31) y Andrés Taipe un joven de 22 años que falleció por una herida de bala que le perforó el pulmón.

Ninguno de los deudos de estás victimas ha obtenido justicia para ubicar a los responsables de estos asesinatos o mucho menos reparación alguna por las víctimas.

¿Es la muerte del Valle de Tambo el destino inevitable?

Poco después de los sucesos de abril del 2011 la Oficina de las Naciones Unidas de Servicio para Proyectos (UNOPS) revisó el EIA presentando un centenar de observaciones lo cual desembocó en una resolución del Ministerio de energía y minas en el que rechazaba el EIA del proyecto Tía María declarándolo como inadmisible.

Sin embargo la Southern no se dio por vencida y presentó un nuevo EIA que era casi el mismo con solo algunos agregados. Este fue aprobado en una “audiencia” realizada en diciembre del 2013 en una fecha cercana a las fiestas de fin de año, con gente de otros lugares, sin la presencia de las organizaciones sociales y ambientales, por lo que estas organizaciones acusan de que está “aprobación” no es representativa.

Para matizar ese rechazo a la acción de la minera, en los distritos del Valle de Tambo como Cocachacra, Dean Valdivia y Punta de Bombón salieron elegidos en las últimas elecciones del 2014; alcaldes que manifestaban abiertamente su rechazo al proyecto Tía María como es el caso del agricultor Helar Valencia que llegó a la municipalidad de Cocachacra por el Frente Amplio.

Esta semana se inició un nuevo paro indefinido el cual ha sido acompañado con una huelga de hambre que se realiza en la ciudad de Arequipa, así como numerosas muestras de solidaridad y manifestaciones en toda la región Arequipa. Los agricultores del Valle de Tambo ingresaron el último 25 de marzo en medio de grandes muestras de apoyo a la ciudad de Mollendo.

Este apoyo creció mucho más después de la inexplicable represión que se vivió el martes 24 de marzo, en el que sin razón alguna, la policía reprimió a la población disparando gases lacrimógenos y perdigones. El resultado ha sido de más de 12 heridos.

La tensión continua en el Valle de Tambo ya que la población no está dispuesta a retroceder porque consideran que lo que está en juego es la supervivencia del valle; y la minería que busca imponer dos tajos en el valle ( La Tapada y Tía María) significaría una riqueza efímera, y solo para algunos cuantos; pagando un precio más que alto por aquello que muchos llaman “progreso” y que no es más que un nuevo y triste episodio más de destrucción del medio ambiente, debido a la actividad extractiva.

Todo ciudadano y ciudadana que crea que impulsar el progreso y el desarrollo no pasa solo por la minería, sino también por el apoyo a diversos sectores de la economía como en este caso es la agricultura, debe manifestar su solidaridad con la lucha por la supervivencia del Valle de Tambo. Más allá de la tozudez del gobierno, la ambición de la minera, y las mentiras de la “Gran Prensa” que busca satanizar a los defensores del valle, urge que manifestemos nuestro apoyo solidario a la justa lucha del pueblo de Islay. Depende de ellos, depende de nosotros; depende de todos.

Ya bastante sangre y sufrimiento ha derramado este pueblo como para seguir tolerando los abusos de la minera. De lo que no cabe duda es que para los agricultores del Valle de Tambo y el pueblo de Islay, la consigna es clara: Sin licencia social, Tía María no va.


Escrito por

Jose Luis Matta

Periodista y comunicador social. Músico y militante, que cree en que un país mejor es posible. @joselamd


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